El objetivo de la computación en la nube es permitir que la empresa gestione los recursos informáticos en función de sus objetivos financieros, culturales u operacionales.
Para comprender el valor de la computación en la nube, los miembros de la dirección primero deben entender cuál es su propósito. El objetivo central de la computación en la nube es convertir los recursos informáticos de la empresa en una materia prima fungible.
En el modelo tradicional de TI, la empresa adquiere y mantiene un portafolio de activos tecnológicos que se deprecian lentamente y que tal vez se empleen de manera eficiente o no. Por el contrario el objetivo de la nube es permitir que la empresa gestione los recursos informáticos del mismo modo que la electricidad, es decir, que compre solo lo que utiliza (ni más ni menos).
Otra analogía es la decisión que toma la empresa respecto de comprar o alquilar un espacio físico para oficina. Ambos enfoques tienen ventajas y desventajas, como consideraciones en materia de impuestos, previsibilidad de costos, gastos operacionales o de capital, y factores comunitarios y culturales. La decisión es una elección, una que la dirección realiza en función de los objetivos financieros, culturales u operacionales de la empresa.
La computación en la nube intenta que la compra y el uso de los recursos informáticos sean una elección similar, basada en parámetros similares.
Dado que el sustrato informático subyacente de la computación en la nube se puede reemplazar, suministrar o reasignar de manera dinámica según sea necesario, una empresa puede aprovechar la competencia entre los proveedores de servicios para negociar el mejor precio, buscar el proveedor que mejor respalde las necesidades específicas de la empresa e incorporar rápidamente nuevas capacidades en su portafolio tecnológico. Este modelo se puede aplicar a los recursos informáticos a nivel de la infraestructura (almacenamiento o redes), a las aplicaciones del negocio o a algún lugar intermedio. Al analizar la computación en la nube de esta manera, la dirección puede comenzar a vislumbrar sus posibles beneficios, como por ejemplo:
- Trasladar el financiamiento de TI de grandes inversiones de capital (activos de TI heredados) a gastos operacionales.
- Reasignar los recursos de TI a actividades del negocio central.
- Obtener aplicaciones que son más fáciles y más económicas de implementar, utilizar y respaldar.
- Aumentar la escalabilidad y flexibilidad, mejorando la capacidad de respuesta ante las cambiantes condiciones de mercado.
- Fomentar la innovación, al trasladar esfuerzos y recursos de proyectos de implementación a desarrollo del producto final.
Impacto de la computación en la nube
La computación en la nube podría ser un habilitador del valor del negocio y un medio para proporcionar servicios tecnológicos disponibles más rápidamente a un costo total más bajo.
Desde un punto de vista tecnológico, los componentes que hacen posible el modelo de computación en la nube no son nuevos. Aplica numerosos avances tecnológicos que han estado presentes desde hace largo tiempo: acceso a Internet de alta velocidad, virtualización de servidores, nuevos desarrollos de software, avances en almacenamiento de gran capacidad, etc.
La computación en la nube tiene implicancias más allá del escenario de TI tradicional. Su impacto se extiende por toda la empresa, facilita cambios potenciales en la cultura de la empresa y demanda cambios en áreas como servicio de atención al cliente, gestión de cambios y gestión de proveedores, para adaptarse a las cualidades y requisitos singulares de la computación en la nube.
Una empresa puede aprovechar la computación en la nube para mejorar el modelo de negocio, facilitando el pasaje de hacerlo con servicios tradicionales a trabajar con servicios en línea, o para ampliar el alcance a los mercados, eliminando las barreras geográficas. La computación en la nube podría ser un habilitador (un resultado beneficioso que podría requerir cambios sustanciales) del valor del negocio y un medio para proporcionar servicios tecnológicos disponibles más rápidamente y a un costo total más bajo.
El desafío implica que los miembros de la dirección tengan suficiente conocimiento de la oportunidad que presenta la nube, como para que puedan dirigir y supervisar con eficacia los planes a fin de aprovechar la nube e impulsar el éxito.
Fuente: ISACA, Gobierno en la nube
Adaptado por la División Consultoría de EvaluandoCloud.com