El blockchain, o cadena de bloques, es una base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compraventa o cualquier otra transacción. Consiste en un conjunto de apuntes que están en una base de datos compartida online en la que se registran mediante códigos las operaciones, cantidades, fechas y participantes.
Al utilizar claves criptográficas y al estar distribuido por muchos ordenadores (personas), el blockchain presenta ventajas en la seguridad frente a manipulaciones y fraudes. Una modificación en una de las copias no serviría de nada, sino que hay que hacer el cambio en todas las copias porque la base es abierta y pública.
La principal característica es que esa base de datos descentralizada (nadie tiene la capacidad de imponer reglas, sino que se autorregula), es inmutable y, desde que se creó, nadie ha sido capaz de hackearla.
En definitiva, lo que permite blockchain es registrar y transmitir activos de forma segura: desde una criptomoneda como el bitcoin, pasando por un título de propiedad de una casa o un coche, un kW de electricidad, litros de gasolina, euros, etcétera.
El impacto sobre la industria financiera es tremendo y para muestra, ya hay iniciativas para tratar de aprovecharse de las ventajas de esta tecnología o limitar sus amenazas. El mejor ejemplo es el consorcio bancario R3 (que agrupa a los principales bancos mundiales) y que en diciembre anunció que invertirán hasta 59.000 millones de dólares para impulsar iniciativas en blockchain.
Pero industrias como las de ciberseguridad, notaría, registros de la propiedad, internet de las cosas y otras, son claro foco de adoptar el protocolo blockchain por defecto.
De la misma manera, los fondos de venture capital han invertido cientos de millones en startups basadas en blockchain en los últimos tres años. Frente a las críticas de quien piensa que se trata de una moda o una burbuja como lo fue internet en su día, la realidad es que, según un informe publicado hace unas semanas por McKinsey, en cinco años blockchain alcanzará todo su potencial. Y puede que se creara una burbuja con internet pero la realidad es, que a día de hoy, la red ha dejado de ser cualquier cosa menos una burbuja y ha cambiado nuestras vidas. De la misma forma, que nadie dude que el blockchain y las criptodivisas van a cambiar muchas industrias.
Dicen los expertos, que Blockchain va a posibilitar dar el salto del llamado internet de la información al internet del valor. Durante los últimos 23 años hemos convivido con el primero, un ecosistema que ha penetrado hasta las profundidades de nuestro día a día y que ha hecho que florezcan empresas como Google, Facebook o Twitter. Estos nombres han cambiado modelos de negocio de industrias enteras como los medios de comunicación, las telecomunicaciones o el turismo.
Blockchain es una infraestructura que te permite construir sobre internet, y crear otra capa sobre la que las personas van a poder intercambiar valor entre ellas. Todo sistema en el que haya que compartir algo, está sujeto a que pueda aplicarse una tecnología como Blockchain.
Cómo funciona
Imaginemos una transacción. Pagamos cien pesos por un kilo de manzanas. Esta transacción ha funcionado porque el valor de cien pesos está representado por un billete (o moneda) creada por un Gobierno en el que ambas partes confían y que reconocen y aceptan. Cuando esta compraventa se completa, todos los detalles deben quedar reflejados en un libro mayor de cuentas.
En el caso de transacciones electrónicas entran en juego la intermediación de terceras partes fiables como bancos u operadores como Paypal. Pero se sigue manejando una moneda centralizada como el peso. Al final del día, las entidades financieras concilian las operaciones en entidades como cámaras de compensación. La cosa cambia cuando la moneda es virtual y no la emite una entidad financiera o administración. En este caso se garantiza la integridad y fiabilidad basándose en un principio quizás discutible en otros ámbitos de la vida: el consenso crea la verdad.
Aquí entra en juego el blockchain. Cada participante, llamado nodo, guarda una copia de cada libro mayor. En ellos, se guardan los datos de las partes, los detalles de la transacción y la fecha y hora. Cada uno de los bloques de cada operación se enlazan unos con otros como eslabones en las cadenas de las bicicletas.
Si se produjese un cambio no autorizado en uno de los ordenadores, ese se notifica a cada nota en cada ordenador, con datos con dónde se ha producido y quiénes han sido los actores. Entonces, se acepta o se rechaza el cambio. Ya no se necesita una parte central que diga dictamine de quién es cada cosa, dado que todos los nodos del sistema cuentan con una copia de este libro mayor.
El blockchain es mucho más que una alternativa al dinero. Es una infraestructura que te permite construir sobre internet, y crear otra capa sobre la que las personas van a poder intercambiar valor entre ellas. Eso afecta a todos los sectores: ya tocó a la banca, pero va a afectar también al sector de las energías, a las telecomunicaciones, a las cadenas de valor de logística y otras.
Fuentes: Blockchain, la tecnología que va a cambiar tu vida por Guillermo Vega y Olivia López Bueno, El País Economía; No es el bitcoin estúpido, en el Blockchain por Salvador Casquero Algarra, El país Economía
Adaptado por la División Consultoría de EvaluandoSoftware.com