La colaboración es la oportunidad de unir –y comprometer- a las personas y medir el rendimiento como nunca antes fue posible.
Las herramientas tecnológicas permiten analizar el comportamiento de los empleados e innovar en los procesos de contratación y retención; integración y reducción de costos son dos de las principales ventajas.
Pregunte a diez de sus amigos que tengan un perfil en Facebook si ya respondieron, al menos una vez, a preguntas rápidas que la red social ofrece del tipo “si usted fuese una ciudad, cuál sería”. Sin dudas, hay una gran probabilidad de que buena parte de ellos responda que sí, ya que son preguntas rápidas y divertidas. Pero la intención detrás de estas pruebas es sólo una: recoger información de los usuarios, sus perfiles de consumo, comportamiento y preferencias y, con esto, elaborar campañas de marketing y acciones de fidelización.
Agencias de América Latina y de todo el mundo ya crean campañas de anuncios basados en la llamada media programática: todos esos datos recogidos en redes sociales -especialmente Facebook- muestran cuál es la probabilidad de que la persona adquiera un producto en la próxima hora. Y las marcas, por ejemplo, pueden detectar preferencias: con un 80%, un 90% o un 95% de precisión. Asimismo, Facebook puede trazar la personalidad y preferencia de las personas gracias a sus reacciones, comentarios e incluso el tiempo que el usuario mira un determinado anuncio (aunque no haya expresado ninguna reacción).
Todo este aparato tecnológico que está detrás de los entretenimientos de las redes sociales – Big Data, Business Intelligence (BI), análisis, computación en la nube – también se puede capitalizar por las empresas para optimizar la gestión de las personas y aumentar su rendimiento.
No estamos hablando de usar Facebook para eso puertas adentro de una empresa. Pero, definitivamente, hay herramientas específicas para hacerlo en el ambiente corporativo: las de colaboración. Y específicamente, hay dos que se destacan. La primera es la de audio y videoconferencia, que permiten conectar a las personas de cualquier parte de América Latina y del mundo – con o sin transmisión de imágenes, dependiendo de la intención de la comunicación-. El vídeo permite observar el lenguaje corporal y facial del interlocutor: si está serio o no, si cambia su postura corporal en algún momento de la conversación. Para procesos de reclutamiento y selección, trae innumerables ventajas, pues permite una reunión más cercana y desde cualquier lugar.
La segunda, es la aplicación de chat persistente que mantiene un historial de las conversaciones sumado a la posibilidad de realizar una videollamada, compartir datos de forma interactiva; todo esto con la participación de una o más personas. La idea es disminuir el uso de e-mail y promover el contacto más cercano entre los equipos.
Independientemente del tamaño de la empresa – cien o 2.000 empleados – es posible mapear cómo está la comunicación entre las áreas y unidades de la compañía. En este sentido, hay dos posibilidades:
Informes
Mapeo de la utilización de herramientas de colaboración disponibles, las salas de videoconferencia más utilizadas y los meses con el mayor número de llamadas y reuniones. Esto ayuda a optimizar el uso de las tecnologías y, consecuentemente, a la reducción de costos, además de identificar a los participantes más activos en reuniones y a los profesionales que están usando las herramientas de la empresa.
Analítica
Mapa del tráfico de audio y videoconferencia entre las áreas: sectores que hablan más y sectores que nunca se comunican. Así, Recursos Humanos logra identificar los famosos silos -es decir, áreas que sólo conversan entre sí -. Por el contrario, también se pueden detectar problemas por la comunicación en exceso -por ejemplo, en el último mes legales habló más de lo normal con operaciones, lo que puede significar problemas con los clientes. De esta forma, Recursos Humanos puede promover acciones de relación e integración de equipos, especialmente para aquellos que están distantes (en el caso de multinacionales o de empresas con sitios en diferentes ubicaciones geográficas).
Cuando conseguimos combinar datos de los mundos real y virtual, pasamos a entender el comportamiento de las personas de una organización a una escala antes inimaginable. Esto, además de garantizar más integración entre los empleados, permite que el management de la organización trabaje con métricas de desempeño, productividad, comportamiento, satisfacción y motivación.
Pero para obtener estas ventajas es necesario, antes, responder: ¿su compañía está adaptando la cultura corporativa a esta nueva fase de comunicación, o sólo va a implementar herramientas? La palabra clave, aquí, es “propósito”. Es esencial tener claro qué valores orientan el negocio, si hay incentivo para la colaboración entre empleados, y cómo se mide el rendimiento. Es decir, la cultura necesita ir de la mano de la tecnología. Si finalmente la productividad se va a medir por horas en la oficina, nada de esto habrá servido.
Por Rodrigo Coppola,
Gerente de desarrollo de negocios de colaboración para América Latina de Orange Business Services