‘Agile’ es un conjunto de metodologías para el desarrollo de proyectos que precisan de rapidez y flexibilidad para adaptarse a condiciones cambiantes del sector o mercado, aprovechando dichos cambios para proporcionar ventaja competitiva. Es decir, el proyecto se “trocea” en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en pocas semanas.
Las ya clásicas historias sobre pequeñas ideas que nacen en garajes y en poco tiempo se acaban convirtiendo en gigantes empresas tecnológicas, han hecho que compañías de todos los tamaños se planteen la mejor manera de innovar y desarrollar nuevas formas de trabajo. Una ‘startup‘ es una joven empresa que se desarrolla en un ecosistema de incertidumbre, por lo que necesita poder realizar cambios en sus proyectos de manera rápida.
En el año 2001, se reunieron los CEOs de las principales empresas de software en una estación de ski de las montañas de Utah. Allí pusieron en común las mejores prácticas de cada compañía y crearon el ‘Manifiesto Agile’.
Podría decirse que ‘Agile’ es un conjunto de metodologías para el desarrollo de proyectos que precisan de rapidez y flexibilidad para adaptarse a condiciones cambiantes del sector o mercado, aprovechando dichos cambios para proporcionar ventaja competitiva.
¿Qué es la metodología ‘Agile‘?
Los principios y valores en los que se basan las metodologías ágiles tienen como principal característica realizar entregas rápidas y continuas. Es decir, el proyecto se divide en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en pocas semanas. De esta manera, si hay que realizar cualquier modificación, sólo se hacen cambios en la parte implicada y en muy poco tiempo.
Antes de ‘Agile’, cuando una empresa quería desarrollar un software nuevo, se podía tratar un proyecto lineal de 2 años que cuando por fin veía la luz, no incluía las últimas novedades técnicas o las especificaciones que en ese tiempo se podían haber vuelto fundamentales para el usuario final. ¿Y qué hacer entonces? Pues o bien poner “parches” o bien volver a empezar de nuevo.
Otro de los rasgos más característicos de la metodología ‘Agile’, es el de emplear equipos multidisciplinares (o ‘scrums‘), que trabajen juntos, codo con codo, durante todo el proceso. Así, por ejemplo, el responsable del marketing puede dar feedback de cómo está resultando el producto final al técnico que está desarrollando código. De esta manera, y junto con las entregas más rápidas, el producto resultante es exactamente lo que el mercado está demandando.
Cada ‘scrum‘ realiza sesiones diarias en las que cada miembro explica tres cosas: qué labores ha realizado, qué tiene pendiente y señalar los impedimentos (de haberlos) que no le han permitido avanzar. Estas reuniones sirven para que todos los del equipo sepan en qué punto está cada uno y saber en qué se puede colaborar para que el resto siga avanzando.
‘Agile’ nació hace más de 10 años, pero se trata de una metodología viva que ha ido evolucionando y con capacidad de adaptación a las necesidades propias de cada momento. Por ello, aunque apareció de la mano de los gigantes del software, la digitalización de la sociedad hace que sea aplicable a prácticamente cualquier sector y a cualquier tipo de empresa. A pesar de los resultados positivos, sobre todo en proyectos de desarrollo de software, la metodología ‘Agile‘ no es un todo en sí mismo, sino que debe ser complementada con orden, técnicas y herramientas, para que se puedan conseguir los resultados esperados.
Historia del Scrum
El concepto de Scrum tiene su origen en un estudio de 1986 sobre los nuevos procesos de desarrollo utilizados en productos exitosos en Japón y los Estados Unidos (cámaras de fotos de Canon, fotocopiadoras de Xerox, automóviles de Honda, ordenadores de HP y otros).
Los equipos que desarrollaron estos productos partían de requisitos muy generales, así como novedosos, y debían salir al mercado en mucho menos tiempo del que se tardó en lanzar productos anteriores. Estos equipos seguían patrones de ejecución de proyecto muy similares. En este estudio, se comparaba la forma de trabajo de estos equipos altamente productivos y multidisciplinares con la colaboración entre los jugadores de Rugby y su formación de Scrum.
En 1993, se realizó el primer Scrum para desarrollo de software y en 1995, el proceso fue formalizado. En 2001, un grupo de personas muy relevantes en lo que empezaba a ser el desarrollo ágil, escribieron los valores fundamentales de los procesos ágiles.
En la actualidad, Scrum se está utilizando en diferentes tipos de negocio y, especialmente, en el desarrollo de software. La Scrum Alliance es la organización sin ánimo de lucro que se encarga de difundir Scrum en este ámbito.
Fuentes: Metodologías Agile, la revolución del trabajo, BBVA
Adaptado por la División Consultoría de EvaluandoSoftware.com